Seguramente en el colegio estudiaste la numeración romana, ese sistema que emplea letras mayúsculas para representar valores. Así que probablemente sepas que el 4, en números romanos, es IV. Sin embargo, en algunos relojes con numeración romana el 4 aparece como IIII. Y no solo en relojes de pulsera, sino también en relojes tan famosos como el de la Puerta del Sol de Madrid.
Muchos piensan que son errores puntuales. Que los relojeros que los fabricaron tuvieron un mal día. Pero la verdad es que se siguen diseñando relojes con los 4 “palitos”.
UN ERROR QUE NO LO ES TANTO
La numeración romana se inspiró en la numeración etrusca, un sistema basado en la adición en el que cada signo iba sumándose al anterior. Para los etruscos, el 4 era 4 veces I (IIII), pero los romanos transformaron el sistema y lo convirtieron en sustractivo, por lo que el número 4 pasó a ser IV.
Aún así, en la antigua Roma continuaron escribiendo IIII. Y de hecho, preferían hacerlo de esta forma por superstición. En latín, IV son las dos primeras letras de Júpiter (IVPITER), el dios más importante de la mitología romana, y los romanos creían que utilizar IV para denominar un número era blasfemo. De este modo, el uso de IIII no era (ni es) incorrecto.
No obstante, ¿Por qué en algunos casos se sigue utilizando IIII en vez de IV?
LA EXPLICACIÓN MÁS RAZONABLE: ESTÉTICA
La explicación más extendida, y probablemente la correcta, es que sea por razones estéticas. Según el Instituto Británico de Relojería, el hecho de emplear IIII y no IV es para favorecer la armonía visual del reloj. Estos cuatro caracteres (IIII) crean una buena simetría con VIII, los otros cuatro caracteres que están en su lado opuesto de la esfera.
De la misma manera, también se dice que IIII es más cómodo de leer que IV debido a su posición dentro de la esfera, y evita confusiones con el número VI, que también está boca abajo.
Como pudimos ver en este post, la estética tiene un papel muy importante en el diseño y en la posterior venta de los relojes.
¿MOTIVOS MONÁRQUICOS?
También hay quien atribuye un origen monárquico a que el número 4 se escriba IIII con una historia que no deja de ser curiosa.
La historia nos traslada al siglo XIV. Según cuentan, el rey Carlos V de Francia encargó un reloj para la torre del Palacio Real de Francia, y cuando lo vio, reprendió al relojero por haber puesto IV y no IIII, creyendo que era incorrecto. Ante las explicaciones del relojero, el rey concluyó el tema con la frase “Yo nunca me equivoco”. Y como el monarca era apodado “El Sabio”, allí terminó la discusión.
¿Será verdadera esta historia? ¡Quién sabe! Aunque lo cierto es que en el reloj de La Conciergerie están los cuatro "palitos" para representar al número 4...
La verdad es que no podemos señalar con total seguridad el motivo concreto por el cual se usa IIII en los relojes. Incluso los relojeros, actualmente, parecen no ponerse de acuerdo al emplear la numeración romana. Pero si algo podemos extraer de todo esto, es que escribir IIII no es tan erróneo como se suele pensar… Y si alguien te lo pone en duda, ¡Tienes estos datos para contar!